Un coco redondo y gordo estaba allá en lo alto, contemplando el panorama.

Aquí se ve el camino
por donde Antolino
viene de la escuela
vuela que vuela.

El fuerte sol le daba en la cara y le irritaba sus cansados ojos de monito asustado.

La vista es un primor
Antolino, señor,
pero apúrate niño
que tengo calor.

Porque estaba esperando que el niño llegara para dejarse caer. Allá abajo le obsequiaría la dulce agua de su corazón.

No te tires, monito,
anda, espérate un poco,
se te bota la agüita
si te partes el coco.

Pero el coco, creyéndose muy fuerte, de un tirón se sacudió y fue a caer sobre una piedra donde se quebró.

Allá se fue mi agüita
dulce y sabrosa,
se la bebió la tierra,
¡mira qué cosa!

("Me cuenta la abuelita Ita", libro de lectura)