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Una tarde, sin mas que simples ganas de caminar, decidi dirigirme hacia un lugar nunca antes visitado con determinación; el propio patio de mi casa.
Pasando la puerta verde, ya todo se vuelve verde. Verde de vida, verde cálido. No puedo ver mas allá, porque mas colores entremezclados con el verde, me obligan a acercarme para entender las figuras.
Mi fiel cachorro me acompaña en la aventura, el tambien es pequeño como yo, no me llega a la rodilla. Obvio, yo mido como 6 cachorros, pero me siento protegida igual teniendolo de mi lado. Entonces emprendemos viaje.
Por la derecha, hay un gran lago de jazmines. Alguien alguna vez me dijo que se llamaban así. A la izquierda del camino, muchas plantas de malvones, de muchos colores; rojas, blancas; naranjas, que me dejan fascinada. A "Sazo" también parecen gustarle, ya que corre y se pierde entre los colores de las flores. Mamá siempre me dice:
- Repeti conmigo, "Sansón".
- ¡Sazo! - le digo emocionada.
Mamá rie de gracia.
Mas adelante, se ve una gran estructura, alta y con dos entradas diferentes. Yo creo que debe medir como 100 cachorros, aunque no se, nunca vi tantos cachorros juntos. Me acerco a la puerta derecha, y es como una enorme jugueteria. Hay de todo ahí, triciclos, globos, una casa para Sazo, todo lo que siempre me hizo feliz. Luego me doy cuenta, que el camino que recorrimos fue demasiado corto. Miro atrás, y aun veo la puerta verde.
- Sazo, no podemos distraernos, tenemos que llegar al fondo del asunto.
Él me mira, como entendiendo. Yo se que el me entiende, entonces sigo caminando. La puerta izquierda, es de madera, y no la puedo abrir. Creo que es muy pesada para mi.
- No es justo, la derecha estaba abierta- pienso ofuscada.
Sigo caminando hasta encontrar el camino de piedras de dos colores. Si, tiene dos colores, blanco y marrón. En el lado izquierdo, hay otro camino, uno de tierra, que parece no tener salida. Entramos al camino de tierra, y solo hay rosas. Rosas de colores combinados y muy altas. Casi no puedo ver su final cuando miro hacia arriba.
-Sazo, me da miedo. Volvamos al camino de la piedras de dos colores.
El solo lambe mi mano.
Ya en el camino de dos colores, encontramos una fila de hormigas gigantes, que nos guian hacia otro camino de tierra, esta vez a la derecha.
-Esta vez, mejor no nos arriesguemos bebé.
Seguimos derecho por horas, hasta que las piedras de dos colores se terminaban. Allí, comenzaban los arboles. Arboles de tamaños impensados, llenos de frutas. Creo que son pomelos. No recuerdo cuantos eran, pero eran montones.
Alli, en la base de un árbol, decidimos descansar. Yo apoye mi espalda, y Sazo se acosto en mi regazo. Saque unas galletitas de mi mochila, y comimos.
Creo que me quedé dormida, porque no se en que momento, Sazo había desaparecido.
Corrí por el camino de tierra, para ver si el habia querido adelantarse a mi, e inesperadamente, el camino terminaba. Una casa había al final. Si, una casa, no como la mia, que es oscura adentro, pero si una casa muy iluminada. No pude con la tentación, asique decidi entrar.
Habia sillas, mesitas, cocinas, alacenas, baños, pero todos para mi tamaño. Para gente como de 6 cachorros de altura. Al fondo de la casa, estaba Sazo, jugando con animales que no sabía porque, estaban allí. Tortugas, más cachorros, gatitos, un mono, pollitos, patitos, todos allí, dispuestos a jugar con nosotros. Y así lo hicimos. Pasamos días jugando con los animales, hasta que escuche un grito lejano.
-¡Sole! ¿Donde estás?
-¿Acaso es mi mamá quien grita?- pensé.
Sazo paro sus orejitas. El grito se escuchó mucho mas cerca.
De repente, los animales juguetones desaparecieron.
Mamá apareció en la puerta de la casa iluminada.
-Nena, es hora de comer y después dormir una linda siesta.
Me hizo upa, a mí y a Sazo. Nos llevo por el camino de tierra, que continuaba al camino de piedras de dos colores y al camino de jazmines y malvones. Cruzó la puerta verde, y me sentó en una silla alta a la que siempre le tuve miedo. Si me caigo desde aca arriba, seguro no cuento el cuento. Sazo corre entre sus piernas mientras ella me trae la comida.
Después del puré, y de un rato que mamá charlara con mis abuelos, me mete en la cama, me tapa hasta el cuello y Sazo ladra. Ella lo acuesta conmigo.
-¿Vamos a algún otro lado Sazo?
El me mira.
Mañana vamos a ver que hay en el jardín lateral.

Texto agregado el 28-05-2011, y leído por 190 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
31-05-2011 Felicidades me gusto muchisimo leerte Van mis +++++para ti un abrazo gema01
30-05-2011 Dices en tu bio que "...La literatura, es el camino que me lleva a seguir soñando, creyendo, manifestando todo lo que siento y vivo... sigue siendo el mejor camino..." y esa convicción se hace patente en el texto que he leido.+++++ crazymouse
30-05-2011 me gusto... buen texto... un abrazo..gracias por la invitación alterego32
30-05-2011 Gracias por introducirnos en el mundo de una niña. Creo que sería buena idea que en alguna línea, al principio, o el título, se introdujese al lector diciendo que quien lo cuenta es una niña, pues de esa forma todo es mucho más grande y los objetos más misteriosos. Gracias. ....respecto a lo de una estrella... hay gustos para todo, no hay que darle importancia. Afectuosamente EVERO
29-05-2011 Una bella descripción del lugar, tierna narración desde la perspectiva de una niña, felicidades, me encantó esa medida en cachorros********* jagomez
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