CANA
(mi corcel imaginario)


Aun mantienes tu hocico abierto
para refrescarte en esta mañana de invierno.
Lo justo para depurar malestares taciturnos.

¡No ves tus patas alzadas,
lista para correr por donde te venga en gana!

Será por tu cola de novia
o tu flequillo rebelde
que aun no me consideras jinete.

Quizás no deseo tu devoción.
Pero es que a pesar de tus canas eres:
Joven, impulsiva y veloz.

Por eso en esta Traviata
y sin animo de parecer vulgar,
acaricio tu pecho,
mientras al lomo me subo
para ver si eres real.