Con un rostro sensual
cautivas mi mirada
llevas mi imaginación
por caminos sinuosos
como tu cuerpo.

Te miro,
mil veces lo hago
mil veces me gustas más;
y me das las gracias
y soy yo quien te agradece,
por tu belleza,
por tu mirar, por tus cabellos,
por ese andar nómada
de tu mente.

Sinuoso, arriesgado,
así es el camino que me depara a tu lado,
y no veo la hora de recorrerlo una y otra vez.
por dónde empezar, que ruta elegir, sabiendo que,
cada puerta conduce al cielo, sabiendo que
mi corazón puede andar confiado.

Ya puedo verte,
aún con los ojos cerrados en la mañana,
cuando la luz entre sigilosamente por la ventana,
iluminando tu rostro,
aún feliz,
aún sonriente.
me quedo mirándote con los ojos complacidos,
mi corazón se complace,
y yo, satisfecho de tenerte,
sabiendo que la búsqueda terminó,
me siento hombre de verdad,
de una sóla mujer.