Si yo tuviese esos ojos lindos
esa boca dulce y esa forma de ser;
si amara tanto los abrazos
y los besos como las puestas de sol;
o si soñara con príncipes azules e historias de amor;
tal vez si me gustara tanto una palabra cariñosa,
un café sin azúcar y un poema de amor;
si se me hiciera tan sencillo sonreír siempre
sentirme feliz, soñar despierto, disfrutar de vivir;
si amara los atardeceres, caminar de la mano,
mirar las vitrinas aunque no me interese
lo que exhiben ahí;
si para mi fuese importante la llamada
a las tres en punto
los tres meses, dos semanas,
cinco días y tres minutos de relación;
o si soñara con amores eternos,
futuros de flores y verano,
hijos, perros, gatos,
casas de campo y bodas de oro;
si ese fuese mi propósito,
mi destino, mi ilusión.
Yo que vos
no seguía con este juego
en que mantengo yo.