El albor de la mañana en su mirada
El tiempo paralizado en la musicalidad
El paisaje cambiaba para llevarme
Lejos a donde un ángel aguardaba
Desde el balcón del segundo y yo en el primero
Una dama de verdes luceros se perdía.
Oculto en las sombras de mi soledad,
La observo cada día en la luz de la suya,
Tan cerca y distante a mis palabras,
Fue su resplandor lo que logrará mi renacer,
Mi cantar frente a ella,
Que se perdía en su padre, el sol.
Tan bella como los sueños de verano
Como los cisnes en el lago,
Se escapa de mis ojos y mis ojos escapan a ella
Una musa inesperada llegada del Parnaso,
Que se pierde en el balcón y de mi vista.
Texto agregado el 21-02-2015, y leído por 161
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
22-02-2015
Ella me ha provocado misterio. Él soledad y ternura. Un gusto! jarabe
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