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[C:5671]

P A C H A M A M A

...................
(La Diosa de Las

Altas Cumbres)
.......................


Cuadro Simbólico

Con

Cinco Personajes


(En esta primera escena vemos al Tâta Viejo con traje de estanciero elegante, bombachas, chambergo y botas negras, poncho de alpaca y rastra de plata. Junto a él se halla Pachamama con vestiduras largas y obscuras, lleva un velo violeta sobre el rostro. Su figura es juvenil y su voz de mujer adulta. Nunca se le verá el rostro)


PACHAMAMA
Tus nietos parten hacia la ciudad Tâta Viejo ¿Nadie de tu sangre queda a tu lado, aquí en tu Estancia de las Altas Cumbres? ... Quedamos solos, los dos nuevamente.

TATA VIEJO
No te daré ese gusto, Pachamama... tu amistad es muy rica, pero muy posesiva ¡Tengo un nieto conmigo aquí en la sierra! En nuestros campos, tuyos y míos.

PACHAMAMA
Veo partir a todos, los llama la ciudad. Olvidarán a nuestra sierra lejana e imponente... Las Altas Cumbres.

TATA VIEJO
Gabriel es mi nieto ¡Y bien lo sabes mejor que nadie! Sí, él lleva mi sangre.

PACHAMAMA
¿Vas a reconocer al bastardo de tu hijo muerto? Tus otros nietos ignoran por completo, que Gabriel es también tu nieto. Un nieto "guacho", ilegítimo. Aquí en tu Estancia, él sólo es un boyero.

TATA VIEJO
Creí que pudiera ser tu preferido, lleva sangre serrana.

PACHAMAMA
¿Por qué hablas por mí? Soy una diosa y tú un mortal.

TATA VIEJO
Pues dime Pachamama ¿Quién conservará la tradición de este suelo, mejor que él?

PACHAMAMA
No tengo preferencias, Tâta Viejo. Rijo sobre la tierra y sus riquezas, desde los orígenes innombrables. Me sirvo de los hombres y no me importan sus razas. Pueden cambiar de idioma y de color, pues todo ello me es indiferente. Sólo me importa su servicio y sé premiarlos ¿Acaso no me conoces? ¡Llevamos tanto tiempo juntos! Arrullé tu cuna y te permití hablarme. Te encuentras entre los pocos que conocen mi voz y mi rostro... pero tu herencia me preocupa ¿Quién quedará detrás de ti para servirme? Parece que lo has olvidado... ¡Soy eterna!

TATA VIEJO
¡Siempre posesiva! Te he dado mi vida y te daré un nieto. Quedará mi herencia.

PACHAMAMA
Bien conoces que nada me importan las especies humanas y sus vidas. Pero protejo a aquél que me sirve y me fructifica ¡Soy amiga leal! Y te lo he demostrado muchas veces. Intento pues ayudarte, Tâta, invitándote a una reflexión ¿Lo encuentras tarde?

TATA VIEJO
Tienes poder para dar y proteger, pero sabes destruir en igual manera ¿Cómo puedo asegurarme de que no destruirás mi especie, amparada en el derecho potencial de Madre-Tierra? ¿Qué te propones?

PACHAMAMA
Quizás salvar tu especie.

TATA VIEJO
Nunca lo harías. Sólo nos usas. Soy tu siervo y por ello me amas, he sido tu niño, tu joven, tu hombre... Pero hoy ya soy tu anciano.

PACHAMAMA
Un estanciero siempre es un siervo de la Pachamama.

TATA VIEJO
Lo admití desde el comienzo. Pero no sé si entregarte a Gabriel es salvarlo o condenarlo, pues él lleva herencia doméstica e indómita. Elaborada conmigo y mis genes, junto a su sangre de mestizo y guacho. Mi herencia obediente a tus designios a la par de su ancestro nómade y arisco. Pues esta tierra la cultivamos por primera vez los estancieros. La síntesis que hay en Gabriel puede ser un riesgo y yo lo amo demasiado.

GABRIEL
¿Por qué habla solo, Patrón?

TATA VIEJO
Hablo conmigo mismo, Gabriel... Hacia allá lejos nos saluda mi nieta Graciela, quien parte de aquí junto a sus primos, para ir a estudiar a la ciudad.

GRACIELA
¡Adiós Tâta! ... ¡Adiós Gabriel! ... Yo no me he ido, no.
(sólo se escucha su voz)

PACHAMAMA
¿La escuchas Tâta Viejo?

TATA VIEJO
La escucho por tu oído, como escucho tu voz en el atardecer de la sierra. Pero Graciela ya no se encuentra viviendo aquí con nosotros, retozando por la serranía.

PACHAMAMA
No. Es el duende de Graciela flotando sobre el espacio inconmensurable de la sierra.

TATA VIEJO
Su vida ha sido cambiada.

GABRIEL
Ya ella no me buscará más, para conducirla al galope por el monte lleno de peligros. No seré yo más el héroe que siempre la salvaba de amenazas constantes, en medio de la maraña agreste y espinosa, en las horas silenciosas de la siesta.

GRACIELA
Es aquella la vida que para mí no habría de volver. Aquélla tal cual era... tal cual fue tanto tiempo.

PACHAMAMA
¿Los oyes Tâta Viejo? Están descubriendo mi poder, mi atracción, pero aún no me encuentran.

TATA VIEJO
¿Qué harás si no te hallan?

PACHAMAMA
No puedo darme el lujo de dejar una tierra inerme a las contingencias caóticas de los hombres.

TATA VIEJO
Ellos son lo mejor de mí y yo he sido tu siervo adicto muchos años... ¡Algo me debes!

PACHAMAMA
Una Diosa no le debe nada a ningún humano. Pero me gustas y no quisiera perder tu estirpe, tu talento, tu constancia.

TATA VIEJO
Nunca tendrás el corazón sensible de un mortal... pero me es imposible rebelarme. Entre tu fuerza y la mía, siempre prevaleció la tuya. Obedezco una vez más. Son tuyos ¡Decide!

PACHAMAMA
Lo haré. Pues Graciela me evoca a la distancia. Ella añora mis valles y quebradas, mis pampas y vertientes, ese pasado perdido que allá en la vida citadina ha perdido.

(Graciela entra nuevamente por la izquierda reuniéndose con Gabriel, quien la abraza. Ambos están cambiados, ella en atuendo ciudadano y él con un elegante poncho de alpaca)

GRACIELA
Aquí estoy, Gabriel. (se sientan)

GABRIEL
Estamos nuevamente juntos, Graciela, aquí en la sierra ¿Qué amas en mí? ¿Al hombre? ¿A un símbolo? ¿A la sierra?

GRACIELA
Te recuerdo, Gabriel, cómo eras en aquel momento de mi partida, quizás mucho más que como fuiste después, cuando creímos engañosamente estar más cerca. Uno en los brazos del otro...

GABRIEL
No has valorado el amor de hombre que te di y continúas atada a nuestra infancia ¿Por qué rechazas al hombre?

GRACIELA
Era entonces en aquel atardecer de nuestra despedida, cuando realmente estábamos en mutua compañía. Porque en aquel momento que sería el último de nuestra infancia, yo estaba más cerca de ti porque también estaba más dentro de mí misma, identificada con este paisaje que nos acunó... Más cerca y unidos que después, cuando intentamos recobrarlo todo luego de regreso imposible.

GABRIEL
¿Por qué imposible, Graciela? Nos hemos amado bajo el marco de la sierra, la arena, la mica, la champa, la penca, el murmullo del arroyo, el canto de las chicharras ¿No era acaso lo que buscabas al regresar aquí a las Altas Cumbres?

GRACIELA
Nos hemos amado, Gabriel, pero hay un mundo que no recobré nunca... Quedó perdido para mí en aquella despedida y tu pasión de hombre no ha logrado devolvérmelo, aunque aquí se encuentra y lo sigo buscando en tus brazos.

PACHAMAMA
Graciela me pertenece.

TATA VIEJO
Es verdad. Ella te está buscando, Pachamama.

GABRIEL
Ahora soy un hombre y no un niño. Soy un nieto más del Tâta Viejo, y ya no soy un boyero ¿Es eso lo que encuentras diferente?

GRACIELA
¡Hay muchas diferencias más! ... Yo ahora soy muy diferente, Gabriel, la ciudad me cambió. Ya no escucho el susurro ondulante que sacude las arboledas del contorno.

PACHAMAMA
Ese susurro es mi voz. Puesto que siente el vacío de mi ausencia, se halla muy próxima a mi presencia.

TATA VIEJO
Pero te busca en la forma de Gabriel.

PACHAMAMA
Porque él lleva sangre serrana.

TATA VIEJO
Te oí decir que nada te importaba la piel humana, pero puedes valerte de ella... ¡Cómo nos utilizas!

PACHAMAMA
¿Esperabas algo distinto? Válido para mi mundo ¡Sea!

TATA VIEJO
Poderosa y posesiva ¿Quién te detiene?... nadie.

GABRIEL
¿Qué veías en mí, Graciela, en aquel atardecer de tu despedida? Te ayudaré a buscar tu enigma.

GRACIELA
Tenías el esplendor de la naturaleza serrana que nunca ha perdido su esencia original, virgen en su poder ancestral, pura y cautivante como los brotes nuevos de los árboles.

GABRIEL
¿Lo crees así? Sin partir de aquí... ¿he cambiado? Será porque entonces yo no sabía que teníamos el mismo abuelo.

GRACIELA
Sí... ahora sabemos que el Tâta Viejo es el abuelo de ambos. Quizás por ello no somos ya, tal como fuimos.

GABRIEL
Antes era mi Patrón y siempre le fui adicto, pero ahora soy su nieto. Es cierto... ¿Hay algo más?

GRACIELA
Había algo más... Eras la sobrevivencia de un mundo antiguo cuya identificación con la sierra provenía de una voz de la especie, más profunda que todo lo que te unía a nosotros, los numerosos primos.

PACHAMAMA
Tienes razón Tâta, ella me busca en la piel de Gabriel.

TATA VIEJO
Ya soy viejo Pachamama, nos completamos mucho.

GABRIEL
¿Y cuál era mi atractivo? ¿Por qué te fascinaba más entonces que ahora, con mi pasión de hombre?

GRACIELA
Estabas incorporado al monte por una procreación nacida en el origen del espinillo, con sus copos de oro. Y el monte se revelaba contigo contra el cemento y los motores, que a mí me llevaban hacia la ciudad.

GABRIEL
Siempre me he quedado en la sierra junto al Tâta Viejo, dentro de su Estancia. Pero ahora soy también yo aquí un Patrón y tengo responsabilidades en ella... ¿Allí radica mi cambio?

GRACIELA
Quizás... ya no eres libre como una corzuela.

GABRIEL
Sólo el monte espinoso puede ser tan libre.

GRACIELA
Hoy creo que por ello tu despedida fue tan rápida y corta. Y en el bullicio que formábamos todos los primos con nuestra partida y nuestros equipajes, dejaste atrás tuyo galopando una estela de polvo que te ocultó rápidamente de nosotros, antes que lo comprendiéramos.

GABRIEL
Un serrano no cultiva la tristeza.

GRACIELA
¡Una voz!... una conciencia más fuerte que el poderío mecánico de este mundo, te lo había dicho todo.

PACHAMAMA
¡Mi voz!

TATA VIEJO
¡Mi herencia!

PACHAMAMA
Magia y misterio en el poder omnímodo de la Pachamama

TATA VIEJO
¡Vanidosa!

GRACIELA
Era el último verano de nuestra infancia y sólo lo comprendí ese día de mi partida, cuando se perdió tu silueta al galope en una dirección diferente, sin explicarnos nada.

GABRIEL
Galopaba al encuentro del Tâta Viejo para quedarme con él, ya en forma definitiva... ahora es también mi abuelo.

GRACIELA
Es nuestro abuelo. No ha cambiado el Tâta Viejo, sí nosotros.

GABRIEL
No puede cambiar un estanciero porque no cambia la Estancia... será siempre campo, sierra, siembra, mica, arroyo, vertiente, creciente, luna, ganado, choclo.

GRACIELA
Con todos sus símbolos, como su siesta mateando bajo las parras y frente a su sierra y hablándonos con los ojos cerrados. Pero hemos cambiado nosotros, Gabriel.

GABRIEL
A nosotros nos tocó, trocarnos y retornarnos.

GRACIELA
¿Lo crees?

GABRIEL
La Estancia continúa en este lugar y nosotros adentro de ella, al pie de las Altas Cumbres.

PACHAMAMA
Gabriel no me busca, ya no me oye, nunca me ha visto, pero me encuentra y se siente en mi seno.

TATA VIEJO
¿Serás generosa con él o peligrosa? Nunca es posible conocerte bien.

PACHAMAMA
Es tu estirpe y quiero beneficiarme con ella.

TATA VIEJO
Todo lo puedes, pero reclamo mi papel de Tâta Viejo.

PACHAMAMA
¿Te crees generoso porque has provisto sangre humana para trabajarme? ... Yo la puedo rechazar o premiar.

TATA VIEJO
Pero no podrás quitarme los ritos de mis nietos.

GABRIEL
Yo lo escuchaba de niño en su rito siestero, los ojos cerrados y relatándonos historias troyanas bajo las parras ¿Recuerdas Graciela? El mismo encanto que hoy él mantiene en esta sutil serenidad serrana.

GRACIELA
Te entregó su tierra y te entregó a la sierra. Pero nunca te has preguntado cómo te veía yo, cómo te veíamos nosotros tus primos ¿Te has preguntado por qué todos en conjunto te seguíamos?

GABRIEL
Nunca lo supe y lo tomé como una dádiva del Tâta y de esta sierra.

PACHAMAMA
Habla de mí.

TATA VIEJO
¡Vanidosa! Habla de ambos.

GRACIELA
Llevabas dentro tuyo un hechizo, como si el sello serrano se hubiese hecho carne en tu especie. Siempre abrías la marcha por correrías montaraces. Y luego imponías mutismo junto al sueño siestero de Tâta Viejo, como si nuestra compañía te separase del abuelo. Y partías junto a él por esas aventuras insólitas de sus sueños troyanos, en busca de una Helena imposible.

GABRIEL
En aquel tiempo él para mí el patrón de la Estancia y transformóse en mi guía desde el día en que me trajo aquí en las ancas de su pingo, después que muriera aquel hijo suyo que fuera mi padre y al que nunca conocí ¡Aún yo era un niño serrano y no sabía que también era mi abuelo! La sangre nos une Graciela, a más del amor que hemos vivido entre los dos. Ya no puedes borrarlo, ha dado un fruto.

GRACIELA
No buscaba borrar ningún acto conciente de mi vida, ni suprimir los encantos que hubo en ella ¡Como olvidar nuestro amor! Pero no era, en el comienzo un acto exclusivo mío.

GABRIEL
Ambos lo hemos compartido.

GRACIELA
Todos los primos siendo niños éramos un conjunto unido, y rodeando al abuelo creíamos verlo a través de tu persona. Fue el propio Tâta Viejo quien transfirió desde el principio esa imagen, puesto que ya buscaba la continuidad de su vida en la tuya.

GABRIEL
Creo haber cumplido con él.

GRACIELA
¿Quién eras ya? El mismo quizás... ¿La Estancia? ¿La sierra?

GABRIEL
Todo ello.

PACHAMAMA
Gabriel ya entonces era mío.

TATA VIEJO
Aún era totalmente mío. Yo lo traje aquí en la grupa de mi potro por elección propia.

PACHAMAMA
No puedes mezquinármelo, soy tu protectora.

TATA VIEJO
Tu poder está en la tierra y eres la dueña del destino de las Altas Cumbres que nos cobijan. Pero la sangre es mi herencia. Debes reconocerlo, Pachamama.

PACHAMAMA
Yo estoy aquí para gobernar a los hombres e imponerles mis reglas. No solicito nunca opiniones. Decido. Ellos me sirven. Ellos me cultivan. Caminan por mi casa, mi Sierra Grande, mis Altas Cumbres. Los elijo.

TATA VIEJO
En otros tiempos mi Estancia estaba llena de nietos y yo aún no sabía con claridad, quién de ellos hallábase dispuesto a continuarme en este sitio. Pero el esplendor imponente de la sierra ya lo tenía todo decidido ...era : Gabriel.

PACHAMAMA
Tiempo hermoso para todos. Para ti, para mí, para todos esos niños. Pero ahora hemos empezado a andar otro camino, Tâta, debemos ser responsables del futuro.

TATA VIEJO
Siempre lo has sido Pachamama, es tu mérito.

PACHAMAMA
Y por ello quiero conservar tu estirpe a mi lado, me ha sido beneficiosa y constante.

TATA VIEJO
¡Insaciable!

GRACIELA
En aquellos tiempos eras el primero entre los primos en precipitarte sobre la ollas mansas que el arroyo forma aguas arriba. Y al emerger de aquella agua casi helada, brillaba húmedo y rojizo tu torso soleado, con toda tu bella naturaleza nativa.

GABRIEL
¿Es ése el único amor que pude despertarte? ¿El de mi piel, Graciela?

GRACIELA
Era belleza de sierra en esplendor. Hechizo de estas Altas Cumbres, corporizadas dentro tuyo.

PACHAMAMA
Mi especie no es la humana.

TATA VIEJO
Pero implantas tu sello a los vástagos serranos.

GABRIEL
Soy parte de la sierra, por ello crees que la represento.

GRACIELA
Está en tus ancestros nativos, aquellos antiguos dueños de las cumbres serranas vencidos y perdidos, que deambulan todavía como almas vigilantes a través de las quebradas.

GABRIEL
Dormidos pero vivos ¿Así lo crees?

GRACIELA
Sí, vivos dentro tuyo como en el entorno serrano. Ellos se esparcían por tu intermedio junto al aire que nos rodeaba y creíamos percibir sus voces en la soledad del monte, aplastado por la siesta, antes de caer la tarde y romperse el silencio en el coro de ranas nocturnas.

GABRIEL
Ambos lo creíamos entonces, Graciela, pues yo era en aquellos momentos puramente serrano. Desconocía aún quién había sido mi padre. Otras veces sobre las rocas oradadas de morteros donde antaño realizaran sus antiguas ceremonias, me parecía el viento moviendo las ramas, como un cántico misterioso que me retrotrajera al pasado.

GRACIELA
Me has comprendido.

GABRIEL
Finalmente.

GRACIELA
Y aquí te quedaste junto a todos ellos, en el mutismo silencioso de tu escenario, mientras a mí me devoraba la distancia.

GABRIEL
Pero volviste con nosotros, Graciela.

GRACIELA
¿Por qué nos ocultaron entonces quiénes éramos? ¿Por qué nadie nos dijo que teníamos el mismo abuelo?

GABRIEL
¿Qué hubiera cambiado?

GRACIELA
Habría vuelto antes, Gabriel.

GABRIEL
¿Qué hubiese cambiado? El Tâta me trajo hacia su Estancia y nos hizo crecer juntos. Nos hemos amado aquí ¿Qué hubiera cambiado en aquella despedida? Todo volvió a su seno por fuerza propia.

PACHAMAMA
A mi seno.

TATA VIEJO
Por mi fuerza.

GABRIEL
¿Por qué nos torturamos tanto, Graciela? Ya estamos lejos de aquella despedida... y aún estamos solos. Algo nos separa.

GRACIELA
No hemos logrado encontrarnos, Gabriel.

GABRIEL
¿De qué forma?... si aquí te veo a mi lado.

GRACIELA
Yo continúo en ausencia... No logro reintegrarme. El desarraigo fue más fuerte que mi anhelo de regreso.

GABRIEL
¿Pero fuiste acaso, Graciela, la única víctima de aquel designio ciego dado por los otros? ¿No fuimos los dos conjuntamente arrojados a un destino incierto? A una vida sedienta de amor inconsolable.

PACHAMAMA
¡Raza de hombre!

TATA VIEJO
¿Qué quieres reprocharle?

PACHAMAMA
Debilidad. Fragilidad. ¿Crees que así hubiera podido reinar sobre ustedes?

TATA VIEJO
¿Es ése tu poder?

PACHAMAMA
Es mi deber. Soy el pilar sobre el que se apoyan todos ustedes.

TATA VIEJO
¡Extraño pilar que nunca envejece! Antaño fui niño y te vi como a una madre juvenil. Fui mozo y te admiré como a una joven hermosa. Fui hombre y me pareciste de la edad de mis hijas. Hoy soy anciano y al lado mío semejas a una nieta ¡Nunca has cambiado! Y yo en cambio he vivido todas las instancias.

PACHAMAMA
Pero te ayudé a hacerlo. Fui yo quien te señaló dónde hallábase Gabriel... Y ahora me lo mezquinas.

TATA VIEJO
Velé siempre por él y ya soy viejo.

PACHAMAMA
Es el único nieto que no te quitaron ¿Verdad?

TATA VIEJO
Es verdad Pachamama. Se han perdido tradiciones y niegan ahora, el derecho de los abuelos con sus herederos ¡Pude educar a un solo nieto! ...Aquél que casi no lo era. El ilegítimo y por tanto mío solamente ¡Pero lo reclamas para tu reino!

PACHAMAMA
Es el mismo reino que siempre has conocido, donde me has servido y donde te he recompensado. Gabriel, fue la mejor de mis recompensas ¿Cómo piensas que vas a perderlo estando él conmigo? ¿Acaso alguna vez nos hemos separado?

TATA VIEJO
Sin duda alguna mi Estancia está en tus dominios. Pero todo tu poder no me ha permitido aún, recuperar a Graciela.

PACHAMAMA
¿Cómo hacerlo? Ella quedó inmóvil en ese límite de su partida, con su valija de viaje en la mano. Partió y al mismo tiempo permaneció aquí, pero estática en el tiempo ¡Sólo a mí me está permitido el estatismo! Graciela no parte ni regresa, permanece fija en aquel día.

TATA VIEJO
¿Será imposible quitarla de allí?

PACHAMAMA
Al menos difícil, según lo creo. No sale del pasado ni entra en el presente.

TATA VIEJO
Mi dilema de abuelo es comprensible.

PACHAMAMA
¡Hijos de mi reino!

TATA VIEJO
¡Hijos de mi sangre!

(La escena se obscurece)

CUADRO SEGUNDO

(Graciela entra con una valija en la mano. Gabriel llega detrás de ella)

GRACIELA
Sin rebelión y sin encanto, sin emoción y sin entrega, yo fui sin ir a ese mundo diferente y me descubrí un día tan lejos tuyo, de quien yo era, de lo que había sido y lo que podría haber sido... Que ya no me reconocía a mí misma.

GABRIEL
Este es tu sitio, Graciela.

GRACIELA
Ya no, pues acepté lentamente o más vale me adapté, a las nuevas disposiciones de mi suerte. Vuelvo a partir Gabriel, la ciudad me ha cambiado y retornaré a ella.

GABRIEL
Esta es tu sierra y tu tierra, Graciela.

GRACIELA
Así lo creí al regresar. En mi tristeza impotente por asir un mundo que se evadió dentro mío, he buscado tu compañía con pasión... Sin advertir que soy yo quien se halla lejos tuyo. Con la energía de mis recuerdos yo avancé quizás contra mí misma.

GABRIEL
Te hemos reincorporado a nuestra vida de Estancia.

GRACIELA
La imponencia del monte helado, la escarcha flotando sobre el arroyo, todo este conjunto parece ahora detenerme, rechazarme. Luego tu silencio... perenne... antiguo.

GABRIEL
Es el silencio del monte donde habla sólo la naturaleza, no los hombres ¿Lo habías olvidado?

PACHAMAMA
Mi voz es la única que habla en el monte.

GRACIELA
Es ésta, la tuya, como la del Tâta Viejo, una vida distendida en el espacio. La energía del tala erguido sobre churquis invernales, con su piel curtida de sierra. Aspera en el exterior, pero siempre carnosa en su interior como el jugo de la tuna, luminosa como la corola del cardo... ¿Es posible acaso para mí adherirme a esta pulpa olvidada? Todo está como entonces. Yo soy la que ya no me encuentro aquí ... y se impone mi nueva partida.

(Sale con su valija y la despiden mano en alto Gabriel y el Tâta Viejo)

GABRIEL
Desde que soy su nieto, Tâta, estamos solos.

TATA VIEJO
Nuestra Graciela volverá.

GABRIEL
¿Será la misma?

TATA VIEJO
Graciela es nuestra... pero ella debe comprenderlo. Todo vendrá a su tiempo. Las Altas Cumbres con su monte virgen, deberán atraerla como antes y luego traerla hacia nosotros.

GABRIEL
¿Y qué queda ahora de nuestro juegos, de nuestra infancia de ese destino que nos llevaba juntos? Esta ausencia, lenta y larga, como la noche que envuelve a las ánimas en su manto obscuro.

TATA VIEJO
Aprenderás a no rebelarte por impaciencia, Gabriel, cuando hayas crecido realmente como hombre. Aprenderás a esperar todo con calma, según corresponde al espíritu de las sierras. Para lograr éxitos hay imponderables que un estanciero debe dominar a su estilo, dominándose a sí mismo. Cae el aguacero, la sequía, el granizo o la helada... Y debemos mantenernos erguidos de pie.

GABRIEL
¿Sin luchar? ¿Perder la fuerza que usted impuso en mí? Me dijo que ésa era su mejor herencia.

TATA VIEJO
Pero siempre hay que esperar con calma aquello que tiene mucha importancia para nosotros. Lo mejor de la vida no llega por imposición de nuestros deseos, presionando. Viene solo hacia uno. Nos busca. Por ello es necesario esperar.

(La escena se obscurece)

TATA VIEJO
Graciela ha escrito una carta y nos anuncia su llegada.

GABRIEL
¿Será la misma, Tâta Viejo? Han pasado dos años.

TATA VIEJO
Para todos ...incluso para mí... Yo ya estoy mucho más viejo ¿Acaso no lo sabes?

PACHAMAMA
¡No tiene importancia! Las Altas Cumbres, la Estancia, el churqui, la champa, la mica y el arroyo, permanecen siempre en el mismo lugar... Todo está igual.

GABRIEL
... Han pasado dos años ...

TATA VIEJO
La piel humana muda y cambia, sólo la tierra permanece. Debemos aceptar esos cambios.

PACHAMAMA
Yo permanezco ¡Soy la Pachamama! Ellos vivirán, trabajarán, amarán y morirán... para la Pachamama.

GRACIELA
¿Es posible para mí volver otra vez? El ensueño que ofrece la distancia me precipita hacia anhelos, cual fuegos que crispan mis sentidos.

(Graciela entra en escena pero se coloca sentada a un costado, separada de ellos)

TATA VIEJO
Graciela está con nosotros Gabriel.

GABRIEL
No es la misma Tâta, han pasado dos años.

TATA VIEJO
Casi no habla, ni ríe.

GABRIEL
Estamos invadidos de tristeza ¿Qué pasa Tâta Viejo?

TATA VIEJO
Vivimos dos años pensando en ella, en su risa, en su voz. Hoy la tenemos aquí y ya no ríe, ni se comunica. Pareciera dolorida al contemplar su antiguo entorno.

(Graciela se levanta dirigiéndose a Gabriel)

GRACIELA
¿Es posible para mí adherirme a esta pulpa olvidada?

GABRIEL
Continúa todo como estaba cuando partiste.

GRACIELA
No es verdad. Antes éramos solamente compañeros de juegos infantiles. O románticos amantes... Hoy somos primos de una misma sangre, la del Tâta Viejo.

GABRIEL
Nada ha cambiado, fuera de una apariencia... un apellido que es también el tuyo. Y yo desde siempre, sólo he vivido en compañía de nuestro abuelo. Con su ganado, sus sembrados, en su sierra imponente, en su Estancia. Con sus exóticos libros sobre guerras troyanas queriendo siempre rescatar a una Helena imposible. Pero él aquí, conmigo, juntos los dos, sin ninguna Troya y enmarcados ambos en las Altas Cumbres.

(Ambos toman asiento en el centro. Tâta Viejo y Pachamama
se mantienen de pie a espaldas de ellos)

GRACIELA
¿Es posible volver, íntegramente?

GABRIEL
Si lo deseas. No voy a imponerte mi voluntad.

GRACIELA
Todo se halla aquí. El monte, impecable, como si la vida se hubiese detenido.

PACHAMAMA
Yo soy eterna.

TATA VIEJO
Y yo transitorio.

GABRIEL
Es la sierra que te invita a su encuentro, Graciela.

GRACIELA
Las mismas voces. El mismo coro nocturno de chilicotes y coyuyos. Las ánimas vigilantes en las quebradas y tu figura al galope de un alazán, por las pampas de estas Altas Cumbres.

GABRIEL
No estamos en el mismo tiempo, ya no somos niños y nuestro sentimiento es diferente.

GRACIELA
¡Y el Tâta Viejo mucho más vetusto, como figura épica de sus propios cuentos!

GABRIEL
Graciela... ¡Qué fácil es todo cuando el amor pasional embriaga, y qué difícil es todo cuando se quiere dominar la vida!

GRACIELA
Ignoro por qué lo tomaste todo. Por el misterio de tu monte, por la acogedora casona del Tâta Viejo que nos cobija en su magia. Pero sabes bien y mejor que yo, que ya no estamos en el mismo sitio.

GABRIEL
Y el Tâta Viejo está aún más anciano, casi mitológico.

GRACIELA
Pero ahora, Gabriel, puedo verte frente a frente, sin añoranzas que magnifiquen la ilusión. Ya no somos los mismos...

GABRIEL
No podemos serlo, Graciela, hemos crecido y nos hemos amado como mujer y hombre.

GRACIELA
Pero como una penca áspera y llena de pulpa, aún pervives intacto Gabriel, como figura épica de nuestros juegos de antaño.

GABRIEL
¿No puedes apartarme Graciela de aquel niño que fui, cuando yo era tu héroe infantil? Ni siquiera en mis brazos, has adivinado al hombre que soy hoy.

GRACIELA
Ahora sé que comprendes y percibes mejor que yo, las sombras que avanzan hacia nosotros, amenazando el bello poema de nuestra infancia.

GABRIEL
Y no tenemos convicción para continuarlo.

GRACIELA
Ninguno de los dos es capaz de continuarlo, como yo no soy capaz de permanecer estable a tu lado. La tormenta nos arrojó hacia el camino y hemos perdido las señales del regreso.

GABRIEL
Ni yo siquiera con mi pasión de hombre, mi silencio o mi compañía, puedo reintroducirte de improviso en las cumbres serranas.

GRACIELA
¿O no quieres intentarlo otra vez?

GABRIEL
No. Pues es un imponderable que es necesario cobijar adentro de uno mismo, sin ayuda de nadie... Nacerá de ti o no volverás más... ¡Adiós Graciela!

(Gabriel se ha puesto de pie con actitud fría y
Graciela toma su valija para volver a salir
por donde vino)

PACHAMAMA
Partió nuevamente nuestra niña pródiga.

TATA VIEJO
¿Acaso te importa? A quien no te sigue, le vuelves la cara con indiferencia. Te conozco bien.

PACHAMAMA
No puedo intervenir. Graciela se encuentra confusa ante una alternativa humana, en un reino donde no se mide mi poder.

TATA VIEJO
¿Lo crees de verdad? Yo he visto en ella algo muy distinto, su desubicación con el medio serrano. Allí está su dolor. Por ello no la apoyas.

PACHAMAMA
Te equivocas. Entre mí y Graciela no hay conflicto alguno. Ella ha trasvasado la imagen de la sierra en Gabriel, pero lo quiere reencontrar tal como lo recuerda desde la ciudad. Y hoy día nuestro esbelto mozo ha dejado de ser ese héroe montaraz, aquel de su infancia.

TATA VIEJO
Creo que fui yo quién te lo dije.

PACHAMAMA
¿Debo ser yo quién te lo recuerde?

TATA VIEJO
Estoy viejo y olvido muchas veces mis propias ideas.

PACHAMAMA
Mi reino continúa aquí, inmutable : mis Altas Cumbres cautivantes. El monte natural. La mica brillante. El arroyo manso o desbordante. El coral vespertino de ranas y chicharras inundando el paisaje...

TATA VIEJO
Pero Gabriel y Graciela han cambiado. El bello poema de su infancia es un hecho del pasado.

PACHAMAMA
Hoy crecieron, Tâta Viejo, deben vivir una expectativa nueva recreada por ellos mimos. Sin embargo pueden también ser otra vez acunados por mí, dentro de los brazos eternos de la Pachamama.

TATA VIEJO
¡Posesiva!

PACHAMAMA
Soy siempre la misma.

TATA VIEJO
¿Te sería imposible cambiar!

PACHAMAMA
¿Olvidas quién soy? Soy una Diosa, no tengo involución ni evolución.

TATA VIEJO
¿Te complace? ¿Nunca has sufrido el tedio? ¡Cuando era niño te veía tan alta! Luego me convertí en un jinete atlético y un día creyendo ver a una jovencita perdida por las quebradas me acerqué en su socorro ... reconociéndote. Hermosa y atractiva, llena de gracia ¡Pero siempre la misma!

PACHAMAMA
Yo te enseñé de niño todos los senderos secretos de las quebradas y entonces no te sorprendías con mi presencia.

TATA VIEJO
Era sólo un niño serrano. Luego yo partí igual que ahora lo hicieron mis nietos hacia la ciudad y la escuela ¡Monserrat! ¡Ilíada! Realidad y fantasía donde me enamoré de Helena. Claridad y entresueño. Ella fue mi reverso donde primaba el alma de la aventura, por contraste a mi vida inmóvil dentro de la Estancia, cual era la vida de mi padre y sería la futura mía. Mi vida ha sido una lucha constante por defenderme de ti y a la par servirte. Pero Helena era mi sueño ¿Lo comprendes Pachamama? ...Sin poder saber ahora de viejo a cuál de las dos he amado más.

PACHAMAMA
Soy posesiva, es mi ley y nunca me gustó compartirte con Helena. Fue mi rival, lo he admitido hace tiempo. Me robó una parte de ti. Pero ella te abandonó al dejar el Colegio Monserrat, aunque quisieras creer lo contrario evocándola para tus nietos... Yo en cambio fui tu realidad permanente. Servirme es triunfar. Te enriquecí. Te hice procrear. Tu estirpe se prolongará. Lo verás.

TATA VIEJO
¿Qué más da ya? estoy anciano... He cumplido con todo el ritual propio de un estanciero criollo. Tuve una realidad completa, La Estancia, con sus inmensos campos. Un pasaje transitorio e inolvidable, el Monserrat. Un sueño imposible y mágico, Troya... lejana y desconocida, sólo soñada.

PACHAMAMA
Pero se quedó a habitar contigo desde entonces. Toda vida humana posee tres pasajes, tres paisajes, tres momentos.

TATA VIEJO
En cambio la tuya una sola, Pachamama... y no puedes cambiar ni lo deseas. Me acuné con tu arrullo de niño, me cautivé con tu belleza de hombre y me brindas consuelo con tus palabras, de anciano.

PACHAMAMA
Nunca te arrepentirás, siempre te lo he dicho.

TATA VIEJO
Espero que también se lo digas a mis nietos.

PACHAMAMA
¿Por qué tanta prisa? No han mudado aún el pelecho. ¿O acaso olvidaste las reglas de la naturaleza?

TATA VIEJO
Todo es fácil, Pachamama, para una madre-tierra que nunca envejece, manteniéndose permanentemente joven ¿Puedes mirarme con atención? Ya no soy aquel niño al que guiabas por los caminos serranos de huella. Tampoco el muchacho que se prendara de una beldad femenina mientras cabalgaba airoso en su alazán, con toda la virilidad de los treinta años, cuando aquel día te apareciste frente a mí a la hora de la Oración en una quebrada. Ahora me queda muy poco tiempo hacia delante. Bien lo sabes.

PACHAMAMA
Poco importa Tâta Viejo, solamente es válido para mí la continuación de mi reino, el bien de la tierra.

TATA VIEJO
No cambiarán nunca... nunca... nunca...nunca.

(Entra Gabriel)

GABRIEL
El ganado se ha multiplicado, Tâta.

TATA VIEJO
Tienes pasta de estanciero, Gabriel, la peonada te quiere y escucha.

GABRIEL
El choclo prospera, tendrá granos esponjosos.

TATA VIEJO
Has elegido bien la tierra para sembrar. A tu lado los peones trabajan con gusto.

GABRIEL
Las pircas fueron renovadas y extendidas.

TATA VIEJO
Mi nieto lleva mi sangre y tu tierra prospera, Pachamama.

PACHAMAMA
¡Yo lo estoy llevando de mi mano!

TATA VIEJO
Pero él tiene una energía incomparable que no procede de tu poder. Una energía humana.

PACHAMAMA
De nada le serviría sin mí.

TATA VIEJO
Hay un genio en el hombre que desconoces, Pachamama... Y sólo aquél que lo posee puede bien servirte.

PACHAMAMA
Por ello elegí tu estirpe ¿Me crees tonta? Piensa...

TATA VIEJO
Pero Graciela se ha alejado nuevamente y mi estirpe sin ella no está completa. Hay un vacío circulando por las quebradas y las Altas Cumbres susurran tristes su nombre por las pendientes.

PACHAMAMA
No podemos sufrir más por Graciela, que se fue por sí misma. Ella no alcanzó a encontrarme pues está demasiado pendiente de Gabriel.

(Entra Graciela llevando a un niño de la mano)

GRACIELA
Si la sorpresa de mi nuevo regreso es inquietante para ti, o tal vez ya te sea indiferente, para mí parte de una necesidad propia. Tal vez porque crea que un niño es un regalo ...Un gurí de regalo... Gabriel : éste es Gurí.

GURÍ
Yo no te conozco

GABRIEL
Ya me conocerás. Soy tu padre, Gurí.

TATA VIEJO
Yo soy el Tâta, Gurí y ésta es mi Estancia.

PACHAMAMA
Yo soy la Pachamama, Gurí y arrullaré tu sueño. Te guiaré por las quebradas y haré de ti un estanciero poderoso.

TATA VIEJO
¿Recién llega y ya lo eliges?

PACHAMAMA
Tengo mis preferidos, bien lo sabes. Soy totalmente parcial

GURÍ
¿Cómo se llama la señora sin cara?

PACHAMAMA
Ya puedes ver Tâta, lo fácil que me acerco a mis preferidos ¿Estás tan viejo que lo has olvidado? Cuando sea el momento preciso Gurí conocerá toda mi belleza.

GABRIEL
Aquí no hay ninguna señora, hijo mío, la única mujer que está con nosotros es tu mamá.

GRACIELA
Somos los cuatro de esta familia que estamos aquí juntos, el Tâta Viejo, tu papá y yo, junto contigo... no hay nadie más Gurí.

GABRIEL
¿Has vuelto de verdad Graciela, para quedarte?

GRACIELA
Te traje al Gurí y el es ahora lo que más importa. Lo concibió la sierra, más que nosotros mismos.

GABRIEL
¿Escuchas a lo lejos, Graciela? En derredor nuestro y en cada rincón del monte el canto de las ranas y chicharras nos brindan la música más antigua de la tierra.

PACHAMAMA
Esa es mi voz y mi partitura

GRACIELA
Es esa fuerza natural... lo que yo vengo siempre a buscar en la energía de tus brazos.

PACHAMAMA
Graciela continúa buscándome y ya Gurí me ha encontrado.

TATA VIEJO
Más poderosa que nosotros. Más intensa. Anterior. Y dueña de nuestras vidas.

PACHAMAMA
Has salvado tu estirpe Tâta, ahora tienes al Gurí en tu Estancia, pues el ensueño de Graciela fue muy poderoso y la hizo regresar.

TATA VIEJO
Conozco Tu poder Pachamama.

GURÍ
Yo no te conocía

GABRIEL
¿Te era necesario Graciela, un divagar tan incierto de marchas y retrocesos?

GRACIELA
Tanto como mi interioridad requería para identificarme con mí misma... Pues yo busqué sin lograrlo la ruptura con el viejo ensueño.

TATA VIEJO
Un ensueño no se rompe, pues allí he amado yo siempre a Helena.

PACHAMAMA
¡Infiel!

GRACIELA
¿Por qué el amor que me trajiste en tardes como éstas bajo la frondosidad de los talas, me pareció siempre el mismo de la infancia?... Como tus pasos ágiles de niño que acudían de noche hasta mi ventana para llenarme el dormitorio de luces volantes, invadiéndome con ese ondulante vuelo de los bichitos de luz o el recto cometa verde de los tucos.

GABRIEL
Porque era el mismo amor, cambiadas las edades. Fueron luces de tuco en tu cuarto al principio... Y fuego de hombre después. Yo anhelo que seas la misma Graciela.

TATA VIEJO
¿Es la misma?

PACHAMAMA
También es mi pregunta.

GURÍ
¡Es mi mamá!

GRACIELA
Porque yo, aunque crea no ser ya parte del monte, estoy unida a él como a ti, como al Tâta Viejo, como a los talas centenarios, por un poder que va más allá de nuestros sentimientos.

PACHAMAMA
Mi poder.

TATA VIEJO
Tu poder, Pachamama.

GRACIELA
Y ese poder por una transmisión de espacio, pervive en ti y es el imán que me trae siempre de vuelta.

GABRIEL
Porque se mantiene en el centro de nuestro escenario común. El Tâta Viejo. Las Altas Cumbres. El monte puro y natural. La Estancia.

PACHAMAMA
La Pachamama.

TATA VIEJO
¡Celosa!

GRACIELA
Es el llamado que siento de mi especie serrana, de la estirpe del Tâta que nos une y que se halla impresa en mi pasado como en el tuyo.

TATA VIEJO
¡Mi estirpe!

PACHAMAMA
Tu estirpe, Tâta, la misma que vengo protegiendo y enriqueciendo.

TATA VIEJO
La estirpe que te sirve y te obedece ¿Acaso no estás viendo la continuidad de nuestro servicio en el pequeño Gurí?

PACHAMAMA
Hace mucho que supe elegirla, pero te has beneficiado conmigo. Hemos convivido. Nos hemos apoyado. Nos dimos lo mejor de cada uno. ¡Estamos mano a mano!... Y puedo llevarme a Gurí.

TATA VIEJO
¿Llevártelo?

PACHAMAMA
Llevarlo por las quebradas. Enseñarle los senderos. Mostrarle los depósitos serranos de mica negra y plateada. Desnudar mi rostro ¿Lo recuerdas?

(Graciela y Gabriel se hallan sentados mateando, él le entrega un nuevo mate cebado que Graciela concluye de tomar chirriando la bombilla)

GRACIELA
Cuando las voces nocturnas te invadan Gabriel, junto ala sierra y aún no hayas desmontado tu alazán... piensa que puedes hallarme hoy o mañana. Porque a tu puerta volveré una y mil veces como se vuelve al interior de nosotros mismos.

( Graciela devuelve el mate y parte. Gabriel coloca la pava con el mate sobre una mesa y sale en dirección opuesta )

TATA VIEJO
¿No intentarás detenerla?

PACHAMAMA
Sólo me interesaba su vientre y ya nos dio el fruto aguardado. Tenemos con nosotros al Gurí ¿Es que piensas por ventura que alguna vez voy a faltar a mi ley?

TATA VIEJO
Creí que por una vez tendrías chispa romántica.

PACHAMAMA
No Es para mí ese acto humano ¡Soy la Pachamama!

GURÍ
¡Yo soy el Gurí!

TATA VIEJO
¿Por qué no pudieron Graciela y Gabriel ser tus favoritos? ...Y en cambio nos elegiste a Gurí y a mí...

PACHAMAMA
Porque eran almas en conflicto. La Pachamama se muestra sólo a los espíritus libres de tormentos. No soy una diosa que rige corazones humanos ¡Yo rijo sobre el escenario de los paisajes! Me extingo en las ciudades cuando la multitud domina y me avasalla. Soy apenas una voz, un susurro, para los seres humanos complicados con vida mundana.

TATA VIEJO
He quedado conforme. Envejecido te veo siempre joven y puedo confiarte a Gurí... serás su aya, o casi su madre.

PACHAMAMA
¿Estás cansado Tâta Viejo? ¿Quieres dormir? ...Tengo una almohada mullida para ofrecerte.

TATA VIEJO
¿Dónde?

PACHAMAMA
En mi pecho de madre, el que te arrulló junto a tu cuna, el que te vio crecer, trabajar, cabalgar, amar, procrear...

TATA VIEJO
Recuerdo todo ello.

PACHAMAMA
Es tarde ya. Inti se puso hacia el ocaso. Ocultó sus rayos diurnos dejando platear a la luna. Ahora debes dormir en mis brazos.

(Pachamama abre sus brazos extendiendo su túnica obscura, Tâta Viejo apoya en ellos su cabeza y la Madre-Tierra lo envuelve con su manto quedando la escena en semipenumbra)

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Alejandra Correas Vázquez
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Texto agregado el 22-05-2003, y leído por 436 visitantes. (0 votos)


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