Son esas cosas, las que más quiero decir, las que se abrazan en un fiero agarre a mis cuerdas vocales e impiden que cante.

Son esos sentimientos, los que más quiero expresar, los que forman un nudo en mi garganta e impiden que brote una flor.

Son esas lágrimas, las que más quiero llorar… Gruesas, saladas, calientes, pedazos de alma… las que se niegan a dejar mi lagrimal, empañan mis ojos e inundan mi ser.

Son esos “te amo”, los más sinceros, los que se encojen de miedo al pensar que serán verbalizados y prefieren retraerse en la parte más profunda de mis entrañas porque no podrían sobrevivir si recibieran un “Lo siento, no es el momento”.

Por eso escribo…
Porque mis manos son neutrales como Suiza…
Mis manos son lo suficientemente rudas para no temer represalias…
Pero también son lo suficientemente delicadas para sentir el terciopelo del aire….

Son lo suficientemente mías, aunque a mi pesar no del todo mías.

Son una parte de las estrellas, otra parte de la tierra…parte del inocente que peca por omisión y parte de ese loco en las calles que no mide consecuencias para defender aquello en lo que cree.

¿Y porqué no decirlo? También son en parte tuyas porque de ti escribo.

Pero al fin y al cabo son lo suficientemente mías y lo suficientemente locas como para seguirme la cuerda.