El susurrar de la naturaleza
Se posa sobre su voz,
Sus labios no admiten un adiós,
En su alma y su abnegación,
Descansa su tierna belleza.
Su mirada es mi paz,
El sosiego de una laguna de cristal,
Y en ella la luna hace el amor con las aguas,
En ella la noche se empoza triunfal,
En ella la locura quedó atrás.
El lunar a la izquierda de tu sonrisa,
Tu cabello frágil, dulce y abrigador,
Tu piel suave, cobijo de mis inviernos,
Chocolate de mis heladas, parte de mí,
Tu compañía tibia y silenciosa,
Tu mirada, mil veces, tu mirada,
Sobre las fauces de mi vida,
En las cornisas de mi pesimismo,
En el amor que nació
Como un niño en el invierno. |