Sé propusieron jugar al amigo secreto; eligieron muy bien el grupo de amigos que deberían jugar. Los caballeros regalarían a las damas un regalo no inferior a un millón de pesos. Las damas regalarían un regalo del mismo valor, quién no cumpliera el acuerdo pagaría la penitencia que todos los integrantes del grupo decidieran.
Entre las posibles penitencias estaban las siguientes: desnudarse en publico y cantar una canción bien romántica a capela. Otra de las penitencias era hacer el amor con un miembro del grupo, los espectadores tomarían fotos y luego las enviarían a la mujer del perdedor. Otra penitencia más suave era salir a dar una vuelta a la manzana en calsoncillos.
El dia de la entrega de regalos llegó, para tal efecto habían elegido el mejor club de la ciudad. Los sesenta invitados llegaron puntuales, solo una pareja llegó un poco tarde. Apenas llegarón hicieron un brindis, pusieron a sonar la música y al rato estaban ya bailando. A las dos horas hicieron un receso y procedieron a entregar los regalos que por su valor se veían muy grandes, estaban bien empacados en papel de colores muy vistosos. Los que llegaron tarde no trajeron regalo. Todos procedieron a entregar los regalos a quien correspondía. Cuando llamaron a esa pareja, él sacó del bolsillo de su chaqueta un anillo de oro que valía más del millón de pesos. Enseguida se lo colocó en el dedo a la mujer que quedó muy satisfecha con ese regalo tan hermoso. Ella no traía nada en las manos ni en la cartera. Los invitados estaban decepsionados pues era la única mujer del grupo que incumpliría el acuerdo. Uno de ellos le preguntó:
- Por qué no trajiste nada, vas a hacer quedar mal a las mujeres.
Enseguida ella le contestó:
- Lo que le voy a dar no lo puedo traer entre las manos, lo que voy a regalarle lo traigo entre mis piernas.
Al finalizar la fiesta el caballero se fue feliz con ella, a la hora de hacer el amor se vino a dar cuenta que ella era hermafrodita.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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