No te culpes de caminar por la orilla
sin descansar sobre su centro.

No te mientas más
que es posible ser mejor,
la vida tiene mucho más,
no te detengas o nada conseguirás
solo busca un tiempo, un recodo.

En esa orilla solo hay tempestad,
No parlotes con el mar,
no escatimes su compañía
no dejes de contemplar sus olas.

Que la arena no te cubra, ni te queme al caminar,
ni se te paguen las sandalias,
por ser tan necia empecinada.

Si de verdad amas el sol
allí la playa te lo da,
allí en soledad nunca estarás,
veras las aves revolotear y
a los pescadores con sus metales.

Verás un barco dormido
que no se mueve ni hace ruido,
es que espera un nuevo día,
entre las olas no hay más peces.

No te detengas en la orilla
corre a su centro ahí, la vida...

A-M-R