Llegaste de repente y me abrazaste
estabas sintiendo en el alma
la misma tormenta que yo sentía
desde hacía mucho tiempo.

Intentamos poner paz en nuestras almas
y no éramos capaces de calmar esa tormenta
que amenazaba con doblegarnos
con esfuerzos sobrehumanos seguimos adelante.

Desde ese momento mi poesía antes trágica
se volvió alegre, intensa y romántica
tu presencia cambió mi estado de ánimo
me animé a escribirte con alegría y besarte con pasión,
desde ese momento nuestro gran amor
dejó de estar en blanco y negro,
tú lo pintaste de vistosos colores
y nunca volvió a perder su brillo.

Una sola alma no habría doblegado la tormenta
dos almas le restaron toda la fuerza
los amantes se reencontraron
después de una larga ausencia.

El amor nos embriagó
más que licor bien fino
el amor se rebeló contra el destino
y encendió el fuego que la tormenta apagó.

El amor doblegó la tormenta
los amantes tuvieron mucha suerte
lucharon juntos y doblegaron la tormenta
y se amaron hasta la hora de la muerte.

Pedro Moreno Mora
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