Desde hacía mucho tiempo lo tenía entre ceja y ceja, tan sólo estaba esperando la oportunidad propicia para eliminarlo de la peor manera. No dejaría ninguna huella que lo delatase. Su enemigo, se burlaba todos los días de él, pues creía que no pasaban de ser pataletas de hombre brabucon, que al fin de cuentas nunca saldría con nada.
Hoy se encontraron en una casa inmensa, los directivos de la empresa donde él trabajaba, habían programado una reunión para dar el informe contable del último año. Hasta ahí lo siguió su enemigo. Apenas sé encontraron, él le dijo:
-Hace rato quiero deshacerme de ti.
Enseguida le contestó:
-Y qué estás esperando, no tengo miedo.
Mariano, abrió la mano y de un manotazo aplastó a ese mosco que tenía entre ceja y ceja. Menos mal que nadie lo vió, pues fue el primero en llegar a la reunión.

Pedro Moreno Mora