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VIENTO.
Un niño de siete años intenta coger el viento, al ver que es imposible lo persigue.
El niño se pregunta cuál es esa fuerza que lo empuja y que no logra ver ni tocar.
Además esta fuerza misteriosa rompe sus paraguas y provoca destrozos en sus cosas más queridas como su casa, además a su madre le molesta y eso le enfada mucho.
Manuel que así se llama el protagonista de nuestra historia es un muchacho Gaditano concretamente de Tarifa y desde muy pequeño se ha visto atraído por este fenómeno de la naturaleza, el niño de tanto pensar lo que es el viento y no encontrar respuesta, enloquece.
Manuel tenía dos años cuando ya corría por las calles de su localidad detrás del viento con la intención de cogerlo, sus padres se reían cuando veían esta actitud de Manuel si darle la menor importancia.

Siempre que van a la playa, Manuel hace el mismo ritual, corre detrás del viento para intentar cogerlo.
Es Semana Santa y la familia decide ir a Sevilla a ver a unos amigos durante el viaje sus padres notan que su hijo está más nervioso de lo normal, llora, patalea, tira a sus madre del pelo, en definitiva intenta llamar la atención de sus padres, incluso en unas de las ocasiones escupe a su madre, esto colma la paciencia del padre que le da un cachete pero Manuel se queda igual, no llora pero tampoco ríe.

Sus padres están asombrados con la actitud de Manolito.
Siempre ha sido un chico introvertido pero nunca ha tenido mal comportamiento ni ha sido grosero.
Cuando llegan a Sevilla empiezan a descargar las cosas, Manolito juega en el suelo con un camión, los padres han aparcado el coche enfrente de la casa de sus amigos, José, padre de Manuel mete a su hijo en el coche, llama al timbre de casas de sus amigos y le dicen que ya han llegado, cuando José va abrir la puerta en la que se encuentra su hijo se da cuenta que este no está allí, José se pone nervioso y lo busca, mira a su alrededor, a lo lejos ve venir a su mujer, José le grita ¿Has visto a Manuel?, la madre no le oye, este a ver la actitud de su marido sale corriendo hacia él, imaginando que algo grave ha pasado.
Cuando llega esta pregunta ¿Qué pasa, qué pasa, por qué tanto nerviosismo?.

El padre contesta que es por Manuel que no está en el coche, que cuando iba a sacarlo ya no estaba.

La madre grita desesperada ¡Oh Dios mío no me digas eso!.
Llama a la policía ahora mismo, el padre sube a casa de sus amigos, le comunica lo que ha pasado y desde casa de estos llama a la policía.

La policía empieza en seguida la búsqueda, un inspector va a ver a los padres y le pregunta por las características físicas y psíquicas del chico.
Los padres cuenta a la policía que ha sido siempre un chico normal con nosotros, nos quiere e intenta demostrarlo cada día, siempre nos da un beso a salir de casa, eso sí siempre ha sido un chico bastante solitario y reservado, pero nosotros no les hemos dado ninguna importancia, ya que es todavía pequeño y está despertando a la vida.
El comisario pregunta cuénteme algo más, no sé alguna manía, alguna obsesión, algo llamativo de él.
La madre dice: bueno ahora que lo dice siempre ha obtenido una obsesión por el aire.
El policía dice a qué creé que es debida esa extraña actitud en su hijo.
La madre dice a nada especial, a cosas de niños.
El padre responde: bueno cuando nació tuvo problemas de insuficiencia respiratoria y estuvo ingresado una semana en cuidados intensivos con ventilación asistida.
El policía dice bueno investigaremos y no se preocupe que aparecerá.
La policía lo busca entre las cofradías, recorre Sevilla de punta a punta, los padres también.
El padre está desesperado, para el coche y se pone a fumar un cigarro en el Puente de Triana, mientras llora a pecho partido, sin darse cuenta que en la otra esquina del puente, está su hijo feliz porque está en un lugar dónde hay mucho viento.
El niño está con la mirada pérdida como intentando ver el viento.
Su padre se vuelve a montar en el coche y sigue la búsqueda.
La madre llora como una Magdalena.
De pronto suena el teléfono móvil del padre, es la policía.
¿Don José? Hemos encontrado a un chico con las características de su hijo en el puente de Triana que dice llamarse Manuel y se parece mucho al de la foto que Usted nos dio.
Imposible que sea él, vengo ahora de allí y no lo he visto.
¿Dónde se encuentra, pregunta la policía?

En la República Argentina contesta el padre
Ahora vamos para allá dice la policía.
Aparque el coche junto al Vip y permanezca allí, mi compañero y yo vamos para allá.
La policía llega a los cinco minutos. Hola, Don José, ¿es este su hijo?.
¡Dios, sí, es nuestro hijo, mira Eva es nuestro hijo, míralo está ahí.
Muchas gracias comisario, le estaré eternamente agradecido.
Nada no importa, contesta el comisario pero hágame un favor lleve cuanto antes a su hijo a un psiquiatra, este niño no está bien, necesita ayuda médica.
Es Sábado Santo, José y Eva tenían pensado en volver a Tarifa ese día, pero deciden quedarse en Sevilla hasta el lunes, para que un buen médico vea a su hijo.
Llega el lunes, los padres se dirigen al psiquiatra, este ve al chico durante tres horas, habla con él, el niño tiene la mirada pérdida pero su conversación es normal para un chico de su edad, pero el psiquiatra nota a lo largo de la conversación a nombrado la palabra viento tres veces.
El siquiatra llama a un auxiliar para que lleve al niño a otra parte y hablar más tranquilos con los padres, el psiquiatra habla: he notado algunas anormalidades en el niño, parece que tiene una Neurosis Obsesiva, debido algún trauma infantil, por cierto nombra mucho las palabras, viento aire.
¿Me podrían decir algo al respecto?
El padre habla: Bueno he de decirle que Manuel nació con problemas respiratorios, estuvo internando en la planta de pediatría una semana, los médicos nos prohibieron su visita por temor al que el niño muriera y lo pasáramos mal.
¿Saben Ustedes si hubo algún niño más con él, el tiempo que estuvo en la UCI?
Los padres contestan: no, él era el único niño en la unidad en esa semana.
O sea que el único contacto con el exterior fueron los médicos y el viento, dice el psiquiatra.
Pues sí contestan los padres.
El Psiquiatra dice ese es su problema, la falta de aire durante su nacimiento, vamos a ponerle un tratamiento espero que responda bien, sino llámame cuando sea necesario, sin la menor duda.
Los padres y Manuel vuelven a casa con su hijo.
Transcurre los años Manuel crece normal, aunque con un leve retraso con respecto a los chicos de su edad.
Está jugando en la calle, su madre le llama para que suba; Manuel vive en una sexta planta, el ascensor está estropeado, sube por la escalera cuando va por la tercera planta va casi asfixiado, llegando a su casa totalmente asfixiado.
Manuel se acuesta y duerme la siesta, a los diez minutos se levanta se sube a la azotea y se arroja al vacío gritando:
¡SÓLO SOY AIRE!
FIN.




Texto agregado el 31-12-2023, y leído por 30 visitantes. (1 voto)


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