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Mi nuevo abuelo.

Mi familia es muy peculiar, mi abuela le lleva solamente diecisiete años a mi padre y la verdad es que nunca se llevan bien, si ella quiere algo él le dice que no es tan vieja como para no poder conseguirlo o hacerlo ella misma y aunque a ella no suele importarle su opinión creo que a veces se pone un poco triste.
Mi padre es su único hijo y deberían llevarse mejor, pero él la culpa por no haber conocido a su padre. Cuando mi padre nació mi abuelo los abandonó y se crio solamente con ella y soportando a sus compañeros del colegio cada vez que lo veían con su madre, decían que ella no podía ser más que una prima ya que era muy chica para ser su verdadera madre y a esa edad los niños sufren demasiado con las burlas.
Mi abuela es una persona muy educada y envió a mi padre a los mejores colegios, pero al no llevar el apellido del padre era muy duro para él.
Hace un tiempo Anastasia, mi abuela, llevó a su casa a un hombre muy elegante además de ser muy rico y le comunicó a su hijo, Boris, mi padre, que iba a casarse. Eso lo enfureció mucho y le dijo tantas cosas que hasta me ruborizo pensando en ellas.
Lo primero que le dijo fue que, si no le daba vergüenza a su edad casarse, que no sabía para qué lo hacía que estaba chocheando etc… a lo que mi abuela le contestó que no juzgara a los demás por él mismo, que ella estaba muy bien de salud física y mental y que cuando él llegara a la edad que ella tenía, lo más seguro era que estuviera a dos metros bajo tierra. Y así continuaron por mucho tiempo, en un tire y afloje que no le hacía bien a ninguno, pero los dos eran tercos y cada uno quería tener la razón.
Cierto día quise hablar con mi abuela y le pedí que me acompañara a una confitería para poder hablar sin que mi padre se interpusiera.
Mi abuela es médica y tiene mucho dinero, quizá por eso mi padre piensa que el novio lo que busca es simplemente eso, dinero, pero no es así, ella es una mujer fina, culta y muy bonita y me enorgullezco cuando me dicen que soy su vivo retrato, aunque mi padre no se parezca en nada a ella, eso sí, él es muy elegante también y además muy inteligente.
El problema es por su padre, él hubiera querido conocerlo, pero los padres de ella no quisieron y la alejaron de él sin permitirle ver a su hijo y por tal motivo mi padre piensa que su madre no supo defenderlo y lo dejó irse.
De todo esto quise hablar con Anastasia y a la tarde estábamos tomando un té en la confitería más elegante de la ciudad.
Le pregunté el motivo por el cual mi padre nunca pudo ver al suyo a lo que ella me dijo que yo era muy parecida a ella y sabía que debía contarme toda la verdad y así fue que poco a poco me fui enterando de una verdad que ni siquiera en sueños la hubiera adivinado.
––Mi querida Isabel, me dijo, conocí a tu abuelo cuando tenía quince años y nos enamoramos de inmediato, tuvimos un romance hermoso, pero cuando quedé embarazada mis padres me dijeron que, si quería tener a mi hijo, debía olvidarme del padre. No me dieron mucha elección y tuve que hablar con él y explicarle que nuestro hijo estaba primero, por aquel entonces él aún vivía con sus padres que al igual que los míos, se opusieron a que tuviéramos ese hijo, que éramos muy jóvenes y que seríamos infelices al no tener nada propio. Los dos lo entendimos y nos prometimos que cuando hubiésemos terminado los estudios y consiguiéramos trabajo nos casaríamos, pero bien dicen que el hombre propone y Dios dispone y nada salió como pensábamos, por aquel entonces yo había cumplido los dieciséis años y estaba embarazada de dos meses. Los padres de él lo enviaron a otro país a estudiar en un colegio muy distinguido mientras que yo cuidaba a nuestro hijo y estudiaba a la vez.
Me esforcé mucho y obtuve el título de médica siendo muy joven. Mis padres me presentaron a cientos de hombres dispuestos a darle el apellido a mi hijo, pero no acepté y ellos no pudieron obligarme. Mientras tanto los padres de tu abuelo también se fueron del país y mis padres se alegraron de que jamás los volveríamos a ver y pronto también nosotros viajamos al extranjero. Así fue que al pasar los años no supimos nada uno del otro, fueron años difíciles para todos, mis padres también sufrieron al ver mi propio sufrimiento y se fueron desgastando y fallecieron siendo aún jóvenes. Ahora sabes el porqué de la falta del apellido paterno, sé que debí contarle a Boris todo esto que te cuento a ti, pero había empezado una mentira y con el tiempo no pude decirle la verdad. Hace unos años lo vi, mi corazón volvió a latir como antes, pero estaba acompañado de una mujer y no me animé a llamarlo, era una mujer mayor que él, aunque muy bien vestida, iban charlando los dos y supuse que se había casado.
–––Abuela, me entristece todo esto que me cuentas, a mí también me hubiera gustado conocerlo.
–––No te preocupes querida Isabel, no todos los finales son tristes.
–––¿Qué quieres decir abuela?
–––Muy pronto voy a darles una sorpresa, el día de mi casamiento está próximo y tenemos muchas cosas que comprar.
Y así diciendo esto nos dirigimos a una tienda donde me compró el vestido más hermoso que jamás hubiera imaginado. Y para ella otro que no quiso mostrarme, decía que era su vestido para la ceremonia y que nadie debía verlo.
Al fin llegó el ansiado día, mi abuela parecía mi madre, estaba feliz y radiante y aunque refunfuñando, mi padre también estaba en la ceremonia.
Luego de la ceremonia tanto de civil como religiosa, que se hicieron juntas, mi abuela sacó algo del pequeño bolso que llevaba y se lo dio a mi padre.
Me miró y me dijo que aquello aclararía las dudas de él y que de ahí en más seríamos una familia. Aquello era una fotografía de mi abuelo cuando era joven.
Terminada la fiesta, mis abuelos y mi padre se abrazaban mientras que yo no entendía nada hasta que mi abuela me llamó y me dijo que iba a presentarme a alguien que yo quería conocer y me dijo que su nuevo esposo era mi verdadero abuelo y que ella se había equivocado, aquella mujer con la que lo vio era su compañera de trabajo y que al enterarse había ido a verlo. El resto ya te lo puedes imaginar me dijo y que habrá unos cambios en los documentos ya que tu padre se merece el apellido que por ley le corresponde.
Jamás olvidaré ese día, la felicidad de mi padre al saber la verdad y la de mis abuelos al poder al fin encontrarse fue tan grande que lloré de alegría como nunca. Mi padre cambió su carácter y me alegro porque tenía mucho miedo de presentarle a Valentín, mi novio, pero ahora sé que lo va a aceptar.

Omenia
13/3/2024



Texto agregado el 14-03-2024, y leído por 78 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
20-03-2024 Hermosa historia con final feliz e inesperado, bastante bien guardado el secreto Vientosusurrante
17-03-2024 Una descripcion increible, me agrado el final, ya que el padre recien tuvo tranquilidad emocional, desde que logro conocer la verdad de su progenitor. inkaswork
15-03-2024 Hermosa tu historia ome, es como si sembraras esperanzas. Demás está decirte que me gustó ***** yosoyasi
15-03-2024 Y me dije, solamente leo la mitad, pero ya ves , me gana el misterio con que envuelves tu prosa y ya me quedé hasta el final. Bella y emocional historia Ome. Abrazo. sendero
 
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