Salí del cine con la seguridad de que nada iba a cambiar. La vida no era lo que yo había soñado. En realidad fue un sueño que acabó cuando contaba con tan solo catorce años.
Pero las lágrimas no iban a devolverme la esperanza. Crueles surcos se dibujaban en mi rostro. ¿Porqué nadie es capaz de entender mi desesperación?.
No se puede huir de la vida, te persigue implacable. Te recuerda en cada sonido, en cada haz de luz, en todas y cada una de las manifestaciones de belleza que nos rodean lo alejado que estás de cualquier corazón. Millones de años luz separan mi aliento de aquellos brazos que me calmaban. Y no puedo hacer nada para que regresen...
Solo puedo dormir. Mañana estaré tranquila. He de seguir intentando olvidar lo que siento. Continuar como si nada me doliera. Ni siquiera me siento vacía porque ya no queda nada que llenar. He desaparecido...
-Jajaja!!!- Oigo mi propia risa. Ojalá hubiera desaparecido de aquí, pero la vida es demasiado egoista, no me dejará marchar hasta que se haya apoderado de mi último pensamiento.
Dejadme sola, ya no quiero escuchar... ya no quiero nada.